Por Martha Mega
1.
me quise rendir, Paul
hace año y medio la lluvia
insistió en nosotros
por última vez
yo me ofrecí
pero este mundo
[la canción que no volveré a cantar
el aire que calentaron nuestros cuerpos
este libro
mi testimonio sobre alguien que no eres
todo lo que animábamos y se ha quedado
sin nosotros]
este mundo
no aceptó mi cobardía
2.
se me permitió entrar en pánico
como quien entra en silencio
a una catedral
deslizando un dedo sobre el mármol
bajo el costillar cetáceo
de su pausa
de su cúpula
antes de hacerme salir
con los brazos en alto
para entregarme al sol
y su emboscada
3.
la nieve es una forma del silencio
lo afirma Garro (1958)
lo confirma Zurita (1999)
(“…la nieve se come al ruido.
…el hielo vive de silencio”)
mientras se derrite una certeza anterior
podemos concluir
que el final
como el principio
será un gran estrépito
debería comenzar por el inicio:
en el principio ya era el fin
tan hermoso que parecía artificial
4.
antes antes muy antes […]
ya éramos tú y yo[1]
en el principio teníamos plaga de dinosaurios
no existían los juegos de palabras
y algunos hombres me amaban de manera
sólo perceptible en microscopio
papá se fue de casa
y varias encarnaciones de ti
murieron atrapadas en los cables de luz
había muchas menos canciones
la atmósfera no estaba repleta de azufre
no teníamos estos atardeceres exquisitos
sin embargo[2]
5.
hemos llevado a la extinción
también
a uno de los tiempos verbales
suben las aguas y el pasado
es incapaz de refrenar su codicia
ya no
no cuando está a punto
de ganar la partida
6.
un poema es un portal
hacia la persona que era cuando lo escribí
regreso a tu nombre
como alimento para el invierno
te recuerdo desnudo como el cielo de antes
como imagino a Feyerabend
[de modo que un hombre desnudo es así]
cuando me acuesto contigo
Feyerabend por fin puede hacer el amor
aquí ninguna y todas las balas[3]
perforaron su espalda
Feyerabend y tú se alejan de mí
pero su existencia no se debilita
se convierte simplemente en una existencia
que se aleja
como una nave hacia otro mundo
7.
la Feyerabend 2 es amplia y fría[4]
una catedral de Lo Que Se Tragó El Mar
no hay arriba ni abajo en el espacio
dicen
pero no estamos como para abandonar
más certezas ahora mismo
arriba va la Feyerabend 2
atravesando capas de azufre
rumbo a la nueva colonia
abajo permanecemos
hay algo tras las oscuras cortinas sulfurosas
que los sometidos por la gravedad ya no veremos
atraídos como estamos hacia abajo
hacia todo lo que estuvo vivo
la gravedad es una línea recta al pasado
la Feyerabend 2 escapa a donde el futuro
todavía sea un animal adquirible
en el catálogo de Sidney[5]
8.
Paul, estos pueden ser los últimos días
he dejado de menstruar
como a la gente nos gustan
las cosas inútiles[6]
hice una lista de lo que ya no veré
[para darle un toque de humor
te dejé fuera]
un poema es un portal
hacia la persona que eras cuando lo escribí
donde el tiempo se muerde la cola
y los hoyos negros vomitan
universos semideglutidos
¿me espera tu cuerpo?
[quién dice[7]
que no volveremos a ser peces
cuando suban los mares]
el día que pronuncie tu nombre
para que vuelvas por mí
desde la tierra
y nuestras partículas estén juntas de nuevo
sin memoria
con toda nuestra historia
a cuestas
ese día te llamaré
[Paul] un nombre [cualquiera]
a modo de marcha fúnebre
o nupcial
el algoritmo construirá toda una ciudad
para oírme hablar de ti[8]
Martha Mega (Ciudad de México, 1991). Es escritora y artista multidisciplinaria argenmex; explora los cruces entre la literatura, el teatro, la música y las artes visuales. Da talleres de poesía, literatura en escena e investigación artística. Divide su tiempo entre México y Argentina; en ambos países se encuentran publicados sus libros de poemas Vergüenza y Casa de Citas.
[1] Chumacero, Alí. Poema de amorosa raíz. 1940.
[2] Al preguntarle al inventor del término “calentamiento global”, Wallace Smith Broecker, sobre las consecuencias adversas de inyectar dióxido de azufre a la atmósfera para amortiguar el efecto invernadero, el oceanógrafo respondió: “el cielo dejaría de ser azul, pero nuestros atardeceres serían de una belleza exquisita”.
[3] Feyerabend formó parte del ejército alemán durante la II Guerra Mundial. Su carrera militar terminó cuando fue herido en el frente a la edad de 20 años. Las lesiones le provocarían impotencia sexual y otras discapacidades que acarrearía hasta el fin de sus días.
[4] La nave que le precedió, la Feyerabend 1, construida en un esfuerzo internacional para evacuar a parte de la población humana hacia una colonia espacial, fue robada antes de su lanzamiento oficial. Se desconoce su paradero.
[5] Dick, Phillip K. Do Androids Dream of Electric Sheep?. 1968.
[6] Palacios Ocaña, Iván. Cosas inútiles. 2018.
[7] ¿quién?
[8] “He pronunciado tu nombre […]
y el espejismo ha construido toda una ciudad
para oírme hablar de ti”.
Anónimo, Cantos de los Oasis de Hoggar.
Imagen: Joerg Mangelsen, Historic WWII Bunker on Løkken Beach
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