Por Francisco J. Serrano
En los refris la carne palidece.
Varias veces recorro los pasillos.
Los huevos hoy se ven más amarillos.
El aire y su frialdad hasta estremece.
Arde la tarde, todo languidece.
Adentro se hacen duros los bolillos.
Los pollos rostizados ya viejillos
se ven, mientras la música adormece.
A este super no vine a comprar nada.
Vine a salvarme de cocerme vivo.
Adoro el clima como a dios pagano.
Fluye afuera la vida lacerada.
Haré yo solo un festival masivo
cuando llegue el final de este verano.