Por Marlene Zertuche
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cruzaron la gran barricada de olas infinitas, la cordillera rosada de corales y naufragios, las costas rocosas preñadas de codicia que parieron muerte y oro ajeno
¿quién dudaría de su estirpe si amansaron las aguas?, ¿quién podría sospechar que traerían en sus sueños enfermedad y saqueo?, de crepitar el corazón se vació de nuestras diosas
corrompieron al océano fértil, lo hechizaron y él les dio besos de sal; merecían la muerte y los bendijo, se sumó a su perversión, mar malinche, mar pólvora, mar caballo
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mar ola, mar acceso, mar lenguaje, mano blanca doble filo, adoptamos sus doctrinas, navegamos sus ritos, mano blanca en cruz sobre ojos morenos, cándido gesto: calma, rezo, dominio
pescábamos medusas, cazábamos jaguares y comimos sus corazones frente a ellos, ostias de sangre caduca, castramos a sus equinos, fundimos sus armaduras; pero nos purificaron, nos enamoraron del miedo y de la culpa, nos quitaron lo salvaje, activaron la obediencia en nuestro cuerpo arrodillado; bautismo, cristo, pecado, y ahora, nosotros somos el infierno
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ometéotl, la historia se repite: dueños y señores de lo ajeno, avanzan por la selva, se apropian de los bosques, surcan la tierra, diseminan semen y saliva
incendios, cenizas, antes carne y pensamientos, saturaron el líquido abisal, y en los causes de las venas verdes, recibimos sus nombres y conocimos la sed, nos criaron, nos contaminaron con su credo
arden los siglos venideros, fe lápida sobre nuestra tierra madre, cuando un mar agoniza se invocan los profanos y tiernos hechos de lo que fuimos
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mar semilla, mar inquieto, mar futuro, mar nosotros, mar tláloc
estamos aquí porque estiramos el tiempo, celebramos el fin de cada ciclo y coronamos nuestros altares con su cruz, cempasúchil, resucitamos cada muerto, anulamos el duelo, alumbramos una nueva trinidad, Coyolxauhqui y virgen: Guadalupe
madre cachalota, sueño vertical, nodriza ancha del anhelo, si la energía de la vida está tatuada sobre tus leches, ahora las corrientes, los ecos subterráneos, los hijos azules, despiertan la verdad de la belleza
Inéditos de Proyecto Salomón
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Tu belleza duele.
Me orilla a imaginar ciudades delirantes.
Tu belleza hace mal.
Obliga a mi corazón a vivir en exceso.
Para mí, que la mesura era límite y ley.
Para mí, que no esperaba más destino que la abstinencia.
Tu belleza me persuade en sagradas formas
me quiebra
me unge de luz y miedo.
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debo permanecer quieta
que su recuerdo sea templanza
que su beso me espere
que su mano lúbrica aguarde
estoica
acentuaré la serenidad
usaré la fuerza a mi favor
regresaré a mí
soy la reina del cielo
y haré que llueva otra vez



